viernes, 28 de abril de 2017

Mis métodos triunfan

Lo que son las casualidades de la vida que estos días está ingresada una amiga por un problema bastante parecido al mío. Le tuvieron que realizar una traqueo finalmente porque apenas podía respirar.

Las auxiliares, enfermeras y enfermeros le hablan de mí como un ejemplo de fortaleza y entereza. Siempre con una sonrisa en la boca.

El primer día que la fui a visitar le llevé un kit de supervivencia con una libreta de hojas blancas y un bolígrafo, entre otras cosas. Ella ya tenía una, pero era de cuadros. Le aconsejé que mejor la blanca porque los cuadros acaban mareando un poco, y con lo que yo escribía bien que lo experimenté.

Ayer me dijo que en la consulta diaria una otorrino le comentó que ya sabía que había hablado conmigo y que se conocía la libretilla 😆. Yo iba a todas partes con ella, y muchas veces en consulta llevaba una hoja escrita con las dudas del día.

miércoles, 12 de abril de 2017

A Móstoles

A la semana de visitar a súper Primi en la consulta, ya teníamos la primera cita en el hospital de Móstoles. Era 1 de octubre 2015. Y no, no hay empanadillas en ningún sitio. Siempre andamos con la misma broma, preguntamos a oriundos de la ciudad y nadie nos supo decir de bar o restaurante donde hubieran aprovechado el tirón.

Estaba acostumbrada a mi residencia de Ourense, mi gente de casa, y el verme en un sitio nuevo fue chocante. 

Me hicieron análisis de sangre, un TAC, laringoscopia, etc. Al no saber la causa de mi enfermedad, solicitaron consulta con el internista del hospital para que me realizara las pruebas pertinentes y ver si daban con algo. Salió todo negativo. Intuyen que es algo autoinmune o idiopático, y me tocó.

A finales del mismo octubre volvimos al hospital para ver resultados, hacer algunas pruebas de preoperatorio y ya nos confirmaron la fecha de la operación para la semana siguiente, principios de noviembre. Al ser desplazada, tuvimos que entregar documentación y solicitar traslado entre las administraciones, que por poco no llega. Tuvimos la gran suerte de que la chica de admisión fue un ángel, que además tenía vínculos familiares con la terriña, y lo solucionó todo.