miércoles, 21 de junio de 2017

Sonda nasogástrica

En esta segunda operación, como tuvieron que cerrar una traqueo y abrir otra nueva para colocar el Montgomery, y por precaución, me pusieron una sonda nasogástrica durante una semana. Quiere decir que en ese tiempo no pude ingerir ni alimento ni bebida por vía oral, para prevenir posibles fisuras entre tráquea y esófago.

La sonda es un dispositivo de nutrición enteral que consiste en un tubo de plástico flexible que se introduce a través de la nariz y permite llevar el alimento directamente al estómago. Estaba todo el día enchufada, y lo digo literalmente. Para permitir que el alimento fluyera por el tubo tenía que conectar el palo con todo a la corriente. Sólo cuando iba a pasear o al baño me desconectaba, por lo que esos días poco me movía.

Lo que más me desesperaba era el no poder beber. Cuando ya no aguantaba metían algo de agua con una jeringa por el tubo. Todo esto teniendo en cuenta lo que me picaba la garganta y las toses que me daban.

A la semana aproximadamente me quitan la sonda. Me despegan el esparadrapo que la sujetaba en la nariz, y empieza a salir tubo y tubo y tubo. Justo cuando el final tocó la nariz molestó un poquito.

Para comprobar que todo estaba en orden, me dan un yogur, de fresa (me dejaron elegir), y me observan comerlo. Si trago bien, si molesta, si se escapa algo por la traqueo. Todo perfecto. En la consulta estábamos tropecientos, mis padres, varias enfermeras y auxiliares, dos cirujanos y algún residente, y yo sentada en el medio mientras todos miraban.

Con la alegría del momento, de ver que ya podría comer alguna papilla y blandito, y beber, salí de la consulta casi saltando y agitando los brazos, y fui a ver a mis compañeros de batallas, que estaban en las habitaciones de al lado.

Luego me dio un bajón tremendo y estuve muy mareada todo el día, y me tuve que meter en cama. La comida bajó más o menos, pero la cena ya no la soporté, era tomar un bocado y vomitar. Sólo ver el plato y pensar que tenía que tragar ya se me removía todo y me daban arcadas. Solución, el horror. Me tuvieron que volver a poner la vía para meter Primperan. Como unas dos veces, que no prosperaba. Al final en la flexura del brazo, con lo que iba con él tieso y para comer era un coñazo, teniendo que usar el brazo contrario. Para dormir apoyada en el lado opuesto y sin mover un pelo por miedo a que se saliera.

Al día siguiente ya comí daquela maneira, pero me llevó una eternidad.

viernes, 9 de junio de 2017

Tubo de Montgomery

El tubo de Montgomery es un tubo en T de silicona diseñado por el Dr William Montgomery para utilizarlo como prótesis postoperatoria en la región subglótica. A diferencia de la cánula de plata, éste no se puede retirar para su limpieza, por lo que la expulsión de mucosidades resultaba un tanto difícil para mí.

La higiene que realizaba era pasar una gasa empapada en suero alrededor, entre el cuello y la parte sobresaliente del tubo, y a veces había restos de moquetes.

En las fotos que adjunto se aprecian las cicatrices, la de arriba, de lado a lado, la incisión que tuvieron que hacer porque no cabían los tubos en la segunda operación; y la de abajo, la de la anterior traqueo, ya que para poner el Montgomery era mejor un anillo traqueal más arriba. 

Vista frontal

Vista semilateral
Modelo de tubo Montgomery, abierto y cerrado