miércoles, 14 de marzo de 2018

Quinta operación

Y tras la cuarta, llegó la quinta, el viernes 5 de febrero de 2016. En Ourense, con ingreso del 5 al 11 de febrero.  
                                                                                                       
Ese mismo lunes llegamos de Móstoles, y se esperaba que fuera el viernes a OU a quitar los puntos de la traqueo, como siempre. En principio, todo saliera bien. A veces aún me notaba el estridor, pero como digo, con los nervios se intensificaba.

Me hicieron una laringo para ver cómo estaba todo y vieron una estenosis con un grosor considerable, a una semana escasa de la anterior operación. 

El jefe de servicio de aquí llamó al jefe de Móstoles y le comentó que estaba estenosando, acordaron realizar una traqueo de urgencia, colocando una cánula de baja presión, y en cuanto pudiera, de vuelta a Móstoles.

Estaba un poco flipada con todo. No me podía creer que tuviera que pasar por el cuchillo de nuevo. No iba preparada y tuvieron que ir a buscar lo imprescindible a casa. Prepararte para quirófano en medio de un pasillo, guardar tus cosas en una bolsa de plástico, e intentar hacerme entender por gestos ya que no podía hablar.

Se realizó con anestesia local porque tenía muy reciente una general y no era bueno abusar, con lo cual oía todo (el mosquito, hacemos charnela?, limpia aquí, mira esto….). Olía a chamusquina cuando cauterizaban y pensaba, "ay, dios mío". Aunque no dolía en el sentido estricto sí que notaba los tirones.

Tenía los brazos inmovilizados, y juraría que también los pies. Estaba tan nerviosa que sudaba sin parar, la pinza del dedo para medir el oxígeno resbalaba, y debía tener las pulsaciones a punto de reventar el aparato, tanto que al poco de empezar una enfermera me agarró la mano para que la apretara si sentía molestia, y también me daba sensación de seguridad.

Pegaron como una especie de gasas a los lados de la cara, por las orejas, y luego una sabanita verde tapando la cara, y ahí fue…me entró un agobio de no poder respirar. Ya respiraba con dificultad por mi problema, añadido a los nervios del quirófano…

Huelga decir que se portaron todos súper bien. No paraban de tranquilizarme y de explicarme lo que iban haciendo. Pasó todo rápido, gracias a Dios.

Como era de esperar, siguieron las molestias al tragar. Pero no hubo vómitos postoperatorios ya que la anestesia fue local.