domingo, 29 de mayo de 2016

Primer ingreso

Llegó el día del primer ingreso, 5 de abril 2015, y como los condenados a muerte (yo y mi humor negro), en casa me dejaron elegir menú de la comida, pizza casera. Fuimos a la residencia de OU hacia las 6 de la tarde, tras la merienda; en Admisión cogimos mi carpeta con los papeles, y subimos a la planta de otorrino.

Al abrir la puerta sentí como si entrara en otra dimensión, y las paredes se fueran estrechando para atraparme. Y se me cayó el alma a los pies al ver algunos pacientes con la traqueotomía, que a mí me iban a realizar al día siguiente. En el control de enfermería me dieron algunos consejos, asignaron la habitación, y me colocaron la pulsera, que viendo mi muñequita, hubo que cortar y reajustar. Y no me paraba de temblar el brazo.

Para cambiarme escogí pijama, y nada más verme ya dijeron: talla pequeña, no?, aún así la cinturilla ajustable me daba como 3 vueltas. Me explicaron que al ser el primer quirófano de la mañana, a las 8, vendrían sobre las 6 a despertarme. Con los nervios que tenía ya no iba a dormir mucho, pero tener que madrugar tanto era ya para rematarme.

A las 8 de la tarde trajeron la cena, y la sorpresa que nos llevamos al destapar la bandeja: grelos con chorizo!!! Esto é Galicia calidade. Con tal de no estar en la habitación me fui a la sala de estar que hay al final del pasillo, y con la luz y el gran ventanal ya era otra cosa.

Ya en la cama, y con los nervios martillándome, se me empezó a revolver el estómago y … alá foi a cena.

Para poder conciliar algo de sueño (qué utopía) me dieron una pastilla, pero con los nervios, el traqueteo de los carritos y demás desperté alguna vez que otra en medio de la noche.

domingo, 8 de mayo de 2016

El shock del diagnóstico

En enero 2015 por fin fui a la consulta de otorrino. En la laringoscopia se apreciaba un estrechamiento considerable de la tráquea.

El otorrino me dijo que seguramente habría que operar, y me quedé un poco daquela maneira. La auxiliar de la consulta me dio mucho ánimo, que no me preocupara, si esa era la solución, pues mejor que hubiera alguna.

Para asegurarse del diagnóstico me mandó hacer un TAC, que confirmó todo. En la siguiente consulta de otorrino (finales de febrero) me volvieron a repetir la laringoscopia, y madre mía la que monté. Me echaron anestesia en la garganta, cosa que no soporto la mayoría de las veces, y de los nervios o qué sé yo me puse a vomitar. La sensación que tengo con ella es que la lengua se hincha e hincha y no me deja respirar, como si tuviera un globo en la base de la lengua. Y teniendo en cuenta mi tremenda estenosis, blanco y en botella.

De esta consulta ya me mandaron para la primera sesión quirúrgica (lo que aseguraba la operación) donde estaba el jefe del servicio y gran parte del equipo. Era la atracción del lugar ;). Estudiaron mi TAC, volvieron a hacer la laringoscopia por si hubiera algún cambio, y me explicaron cómo sería la operación. En primer lugar realizarían una traqueotomía con anestesia local, un pequeño pinchazo en el cuello; después, con anestesia general, harían una resección con láser de la estenosis.

Fue escuchar lo de la traqueo, echarme las manos a la cara y soltar un j**. Me imaginaba un agujero en el cuello ya para siempre. Se me venían imágenes de pacientes laringectomizados en su mayoría, siempre con su pañuelito, y lo que les costaba pronunciar palabra alguna.

Debido a la gravedad de mi situación me recomendaron coger la baja médica, ya que en cualquier momento podría tener una insuficiencia respiratoria y quedarme en el sitio. Por ello dijeron que en el primer hueco libre me metían la primera para operar.

En la siguiente sesión quirúrgica ya me confirmaron la fecha de la operación (6 de abril) y me citaron para el anestesista y el electrocardiograma.