viernes, 30 de septiembre de 2016

El desprendimiento

Pues resulta que a los diez días aproximadamente de la operación me retiraron algunos puntos que tenía alrededor del estoma de la traqueo. Todo parecía ir bien, pero a la tarde empecé a notar una pesadez en la zona y pensaba que estaría otra vez con los malditos tapones de mocos. Se lo comenté a una enfermera y me hicieron una cura, pero estaba limpita. 

Me dio una impresión tremenda verme en el espejo, se veía todo muy amorfo y un agujero enorme. 

En la consulta de planta de la mañana siguiente ya se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Tenía un desprendimiento de tráquea. Un pinchacito con la anestesia y a coser otra vez. Menos mal, porque estaba previsto que me dieran el alta ese día, y me quedé unos cuantos más.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Espejito, espejito

Por fin llegó el momento de que tuviera que hacerme yo los cambios y las curas. Me preguntaban casi a diario, después de un tiempo prudencial, si me atrevía, pero me daba tanto miedo de hacerme daño, por un lado, y tanto asquito de verme el estoma, por otro, que nunca me atrevía.

En una de las consultas diarias, una de las otorrinas me puso las pilas diciendo: tienes un problema, es tu problema, y tienes que enfrentarte a él. Al toro por los cuernos!!!

Verme al principio costaba un poco, y para colocar la cánula hacía numeritos para que no chocara con nada ni me rozara la piel. Gracias a todas, que me vigilaban, la técnica fue mejorando.