jueves, 22 de septiembre de 2016

Espejito, espejito

Por fin llegó el momento de que tuviera que hacerme yo los cambios y las curas. Me preguntaban casi a diario, después de un tiempo prudencial, si me atrevía, pero me daba tanto miedo de hacerme daño, por un lado, y tanto asquito de verme el estoma, por otro, que nunca me atrevía.

En una de las consultas diarias, una de las otorrinas me puso las pilas diciendo: tienes un problema, es tu problema, y tienes que enfrentarte a él. Al toro por los cuernos!!!

Verme al principio costaba un poco, y para colocar la cánula hacía numeritos para que no chocara con nada ni me rozara la piel. Gracias a todas, que me vigilaban, la técnica fue mejorando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario