miércoles, 31 de agosto de 2016

Ni se os ocurra volver a pintar

Este primer ingreso coincidió con parte de las obras de ampliación de la residencia. Era un pasatiempo asomarse a los ventanales y ver como avanzaba. En 20 días hicieron casi dos plantas.

Cuando taparon las vistas empezó a correr un rumor de que un gancho de la grúa se había esnafrado contra el ventanal de unas plantas más abajo, y por precaución nos dejaron casi a ciegas. La supervisora decía que se iba a traer un póster del Caribe para ponerlo en el hueco y alegrarnos la vista.

Empezaron por parte del ventanal de la sala de visitas, con tan mala suerte que le tocó a la única ventana que se podía abrir. Lo digo porque panelaron todo con una especie de gomaespuma y como quedaba muy feo el original lo pintaron (con un cheiro apestoso, en la planta donde la gran mayoría tiene problemas respiratorios, aunque aquí cerraron la puerta). Lo peor fue cuando le tocó al pasillo. Nos decían que nos metiéramos en la habitación y con la puerta cerrada, horror, si ya de por sí es deprimente estar ingresado, que aún encima no puedas salir de la habitación....

Ilusa de mí pensaba que con una manito de pintura sobraba, jaaaa. Cuando vi al pintor acercarse con el bote y la brocha a la ventana le dije (más bien le escribí, aún tenía la traqueo abierta): no se os ocurrirá pintar otra vez? Casi me pongo de rodillas suplicando. El pobre, más majo, dijo que nos entendía, él era sólo un mandado, incluso los mandaran a picar una pared a Neurocirugía, al lado de un pobre hombre recién operado del cerebro. Nos acercamos a control de enfermería y una de ellas llamó a no sé quien, y al final lo dejaron como estaba. Victoria conseguida!!!!!!!

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