domingo, 13 de noviembre de 2016

El pelito limpito, qué gustito

Después de unos cuantos días ingresada, y duchándome con mucho cuidado sin tocar el cuello por miedo a que entrara agua por el estoma, pregunté cómo podía hacer para lavarme el pelo.

Entre dos auxiliares y mi madre, allá nos metimos todas en la ducha. Yo en chanclas y biquini que daba penita verme de lo escuchimizada que estaba. Mi madre poniendo toallas y el pijama sucio por el suelo para empapar el agua, una de las chicas agarrando la puerta de la ducha mientras la otra me lavaba el pelo con la alcachofa. Y yo toda tiesa con la mano en el cuello por si se escapaba alguna nota. 

De vez en cuando me preguntaban si iba todo bien, y como no podía hablar levantaba el brazo.

Qué gustito, por dios. La melena libre al viento.