Un día, tras la séptima
operación, me dio una gastroenteritis enorme. Comí demasiado rápido o le eché demasiada salsa a la comida, a saber (desde entonces las salsas quedaron desterradas de mis menús). No paré de vomitar en toda la
noche. Me desmayé varias veces (en una que recobré la consciencia estaba
agarrada a la taza del wc). Al día siguiente intenté cenar algo pero era
incapaz, me fui a sentar al sofá y me
desmayé de nuevo, no sé cuanto tiempo estuve así. Al despertar, mis padres
estaban hablando con la ambulancia. Vinieron, me miraron el oxígeno, la tensión… y me recetaron suero durante unos días. Todo esto con la traqueotomía abierta, hay que recordar.
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