domingo, 10 de julio de 2016

Primeras sensaciones

Tras la operación, y mientras me acostumbraba a ello, me dejaron la traqueo abierta. Quiero decir, llevaba una cánula pero sin tapar, con lo cual no podía hablar y no respiraba por la nariz. Ni apenas apreciaba los olores.

Las primeras sensaciones al respirar con la traqueo fueron de lo más natural. Pensaba que me iba a costar hacerlo, pero el cuerpo humano es muuuuy sabio. En esos días coincidió mucho calor primaveral (mes de abril), y no sé si fue por ello pero tenía la nariz como taponada, a pesar de estar inutilizada. No era taponamiento de moco, sino algo así como tener alergia, me parece.

Otra de las peores cosas que pueden pasar tras una traqueotomía son los tapones de moco. La primera vez fue a los 3 días de la operación. Fue de mañana muy pronto y no podía seguir durmiendo porque el tapón me obstruía la tráquea y me estaba dejando sin aire. Intentaba cogerlo por la boca, como si pudiera, pero era imposible. Entre mi hermana y una de las enfermeras del turno me tuvieron que llevar en brazos a la consulta para quitarlo. Me enteré tiempo después que usaron unas pinzas para poder sacarlo. Y la otra vez me estaban haciendo la cura mañanera (limpieza de estoma y cambio de cánula) cuando en una tos, y con el estoma libre, me salió disparado por ahí. Era un pedrolo del tamaño de una canica, reseco y sanguinolento por estar reciente la operación. Una de las enfermeras me dice: menos mal que no estaba delante, que sino casi me sacas un ojo.

También tenía bastante miedo a mover el cuello, y andaba rígida como un robot. La primera semana dormí prácticamente sentada con el respaldo de la cama levantado del todo. Y cuando me tenía que levantar o girar hacía fuerza con los brazos para no cargar el cuello.

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