jueves, 30 de marzo de 2017

Primer viaje a Madrid

Tras el shock de conocer que estaba derivada fuera de casa, y no saber cuando me llamarían del hospital, intentamos averiguar si el médico tenía consulta para acelerar un poco la cosa. Llevaba prácticamente cuatro meses sin poder hablar, con los consiguientes problemas respiratorios, y no era cuestión de esperar uno, dos o tres meses, o los que fuera, si el asunto se podía agilizar. 

Logramos cita bastante pronto. La fortuna quiso que cuando íbamos de camino en tren nos llamaran del hospital para citarnos para la semana siguiente. Entre entregar el papel con la derivación en Ourense y recibir la ansiada llamada, pasaron quince días escasos.

Le llevé las imágenes y vídeos de mis laringoscopias, los informes que pude recopilar, una carta personal donde le contaba mi desesperación. Me realizó una nueva laringoscopia, y examinó el estoma de la traqueotomía. 

Le comentamos que justo nos habían llamado del hospital para citarnos en una semana, y al despedirnos me dio un gran abrazo de ánimo y dice: nos vemos en el "más allá". Se me quedaron los ojos como platos. Y mis padres alucinando. Resulta que como Móstoles está tan al sur, se refieren al sitio de esa manera. Yo pensando que ya no tenía remedio.

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